EFRAÍN MIRANDA




Efraín Miranda y Mario Mayhua.
Fue en el “Simposio Internacional de Literatura Andina, Gamaliel Churata”, realizado en la ciudad de Puno, del 18 al 21 de junio de 1997, con motivo del centenario del nacimiento de Gamaliel Churata, que le conocí de vista y le escuché por primera vez a Efraín Miranda. Exactamente, en la noche del día miércoles, 18 de junio, cuando leyó y declamó sus poemas de Choza. (Presentación de: Conversaciones con el Poeta Indio Efraín Miranda, 2011).

PADRE SOL
-Debajo del título de Padre Sol están muchos temas, hasta plantea la transmutación de valores al estilo nietzscheano. Hay una réplica a toda la concepción, a toda la cultura moderna. En otras palabras, es el cuestionamiento de un indio sumamente culto que, al mismo tiempo, señala una nueva orientación para el desarrollo de la humanidad y, especialmente, para nuestros países globalizados y neocolonizados. Inicia así: “¡Vienen los insomnes evolucionistas / con su poderosa luz modificante. / Traen las sorpresas más sensacionales / que han de asombrarnos a los atentos / y perturbar a los desavenidos!”. ¿Quiénes son esos insomnes evolucionistas?
Son los sabios de la humanidad.
-¿Cómo quiénes, por ejemplo?
Todos los sabios. Digamos, el más sobresaliente, Einstein. El más grande filósofo: Bertrand Russell. El más grande sociólogo revolucionario: Carlos Marx. No podemos decir que ése es alemán, o que ése es inglés. La humanidad es una sola, todos son hijos del planeta tierra. Es una cosa relativa que haya nacido en Alemania o acá o allá. Ése es el punto actual de medición. Hay nacionalismo para que nos respeten, y para respetar otros nacionalismos; pero, desde el espacio, no es más que el planeta tierra. Acá nomás es la lucha entre nosotros, acá nomás es la rivalidad; pero en los mundos de afuera, si alguien nos observa, nos vería seres vivos nomás. (…).
-“Seguid transmutando / los caminos y las puertas de los inconmovibles; / hombres excelsos, seguid quebrando / las cadenas del convencionalismo; / seguid rompiendo los barrotes del conformismo; / seguid destruyendo las cadenas del falso sueño advenido”. ¿Continúa invocando a estos mismos insomnes evolucionistas?
Claro. Es que nosotros necesitamos entenderles para romper las cadenas. Después de que hemos conversado contigo y que hubiéramos conversado con muchas otras personas más, estas personas estarían cambiando su pensamiento, al oírte a ti, al oírme a mí; al preguntar al otro, al intervenir el otro, producen cambios; pero esos cambios, en este rato, no trascienden a nadie. Nadie está acá para cambiar al lado de nosotros. Por eso yo invoco el cambio para todos. Que cambien.






Amigo de
Efraín Miranda

El Poeta Indio
Responde…


“SOBRE TODAS LAS COSAS: TÚPAC AMARU II”…
ENTREVISTA A EFRAÍN MIRANDA POR MARIO MAYHUA

Señor Efraín, ¿cómo pasa su vida en Arequipa?
Bueno, yo vivo internamente; sigo escribiendo y produciendo mis libros.

No le gusta la publicidad, ¿verdad?
No, no. Si ha habido publicidad, yo no he ido tras nadie, tras ninguno.

¿Se considera sociable o poco sociable?
Yo soy muy sociable. Una cosa es ser sociable y otra cosa es tener un vicio de consocial; esas cosas no lo tengo.

¿Tiene muchos o pocos amigos?
Todos de la generación anterior. Me encuentro con ellos y algunos vienen acá.

¿Cuál es el denominador común de ellos?, ¿por qué son sus amigos?
Todos siempre hemos admirado la inteligencia nacional, admiramos siempre la lucha en el mundo, admiramos el sentido de libertad que hay aquí o allá; ésos son mis amigos.

¿De quién le hubiera gustado ser su amigo?, ¿a quién le hubiera querido tener como amigo?
No creo que a nadie especialmente.

¿A un escritor?
No creo que a nadie.

¿A ninguno?
No creo que a nadie. Porque la amistad es una cosa que se brinda sea o no escritor.

¿Hasta qué punto es importante la mujer en la vida de un hombre?
No sé.

No puede decirlo. En todo caso, en su vida, ¿qué significó la mujer?
Nunca ha significado nada, porque ella no ha tenido influencia sobre mi vida; por eso, estoy escribiendo recién lo que puedo pensar o lo que yo puedo decir sobre ella.

¿Se considera machista?
Tampoco. No estoy contra ninguna mujer; al contrario, la mujer es motivo de admiración. Siempre he mantenido admiración por la mujer.

¿Por qué?
Porque es pues nuestra contraparte. No por una cosa especial. La mujer no es una cosa divina. Muchos creen eso. Ese tiempo de que la mujer es divina, ya pasó.

Le solicito una respuesta franca, ¿por qué no contrajo matrimonio?
No sé. Ya te he contado esa anécdota con esa chica. Ha querido irse conmigo a Iquitos, y yo no he querido. Bueno, no sé. Eso es una cosa de cada quien, bien difícil. Nunca hemos recapacitado, yo no he recapacitado en eso, ni me ha pesado; quizás si me hubiera pesado sabría darte la respuesta.

Al menos dígame, ¿cuántas mujeres hubo en su vida?
Muchas, especialmente en el campo. A todas las he querido, a todas las he podido ayudar.

¿Y por qué entonces no aparece en sus obras anteriores nada sobre la mujer? Aunque ya aparecerá recién en Silabario Nupcial.
Claro, ahí están esas poesías. Eso es más hermoso. Nacer con un libro de poemas de amor, a los veinte años, como lo hacen muchos, puede ser muy hermoso; pero, comenzar con una cosa distinta al amor como es Muerte Cercana, es otra cosa. Ahora, en Silabario Nupcial, la vejez va hablar de amoríos, pues, para mí, es una cosa extraordinaria. ¿Por qué? Porque así es mi modo de ser, así habrá sido mi conducta, mi pensamiento.

¿Desde cuándo empezó a interesarse en la poesía, en qué momento de su vida?
No podría precisarlo. Siempre me ha gustado la poesía desde que lo he leído en la Primaria. He comenzado a escribir en el quinto año de Secundaria.

Si usted no escribe, ¿qué pasaría?
Bueno, creo que moriría pues.

¿No tendría sentido su existencia?
Moriría precozmente.

¿Escribir para usted es un placer o un sufrimiento?
Las dos cosas. Cuando yo escribo me siento feliz. No escribo, me siento mal. Si lo que escribo me sale bien, me siento contento. Me sale mal, lo boto, lo quemo. Cuántas poesías he quemado.

Al empezar a escribir, ¿le parecía difícil? Y ahora, con el tiempo transcurrido y con harta experiencia, ¿le parece más fácil?
Sí, sí, de hecho. Lo que no pude decir en otros tiempos y puedo decirlo ahora, es una gran felicidad; una felicidad neta, legítima.

¿Cómo escribe, de un solo tirón, parte por parte o con intervalos?
Bueno, eso según el caudal que en el momento lo tengo para decir. Hay poemas que necesitan revisión y otros que no, lo he dicho de frente.

¿Usted corrige mucho?
No, no corrijo. Yo siempre espero que, el poema que escribo, madure, madure en mí, y por eso vuelvo a trabajarlo. Cómo voy a reelaborar un poema, no. Yo no elaboro, no estoy haciendo un panetón ni cosa parecida. Hay que trabajarlo, es una obra de arte, hay que trabajarlo, no elaborarlo ni reelaborarlo, ¡trabajarlo! Si esa poesía requiere un esfuercito, bueno, hay que dárselo.

¿En qué momento escribe, generalmente?
Cualquier hora.

Especialmente, ¿a qué hora?
En la mañana, cuando uno está despejado.

¿Es necesaria la disciplina, el orden para escribir o prefiere la anarquía?
Siempre debe haber un orden, un ordenamiento. A mí me gusta ser ordenado; soy ordenado.

¿En qué sitio escribe, en la mesa, en la cama o caminando?
En cualquier parte. En ocasiones en la cama; cuando me viene, lo puedo hacer ahoritita, en tu delante. Porque cuando me viene, yo me doy cuenta; cómo viene un poema que vale, se viene una llojlla, una turbulencia, entonces ahí escribo.

¿De qué modo escoge los temas, después de escuchar alguna noticia o por sí se viene?
El tema viene de por sí, no sé de qué cauce. Siempre se aparece una puntita, después de eso veo que detrás viene una cosa grande. Y me doy cuenta perfectamente de eso. Pienso que tengo un cerebro como una cosa que da vueltas, viene acá y lo escribo ese pedacito, al pasar se agranda.

¿Ahí no le condiciona, le motiva una noticia o una situación preocupante o de injusticia?
Nunca una noticia me ha conmovido.

¿Cree que existe la inspiración en los poetas, de lo que antes se hablaba?
No sé.

La inspiración…
No sé pues qué es la inspiración. Mira, ya son quinientos poemas que voy a escribir, y no me doy cuenta qué cosa es la inspiración.

¿Es que no tiene ningún concepto de lo que es inspiración?
Lo único que hay es el deseo de escribir, nada más. Tengo el deseo de escribir y lo escribo. No sé qué es la inspiración, ahí me quedo atrás, me quedo callado porque no sé.

¿Confía en las premoniciones, en los sueños?
Quiero dar un concepto claro: El sueño es lo más grande que tiene el individuo, lo más personal, lo más íntimo. Nadie te lo puede hacer y deshacer tus sueños. Es un aviso, es una notificación. Todo tiene el sueño. Es una vivencia. Para mí el sueño es impenetrable. ¿Quién puede penetrar? Yo sólo. Ni siquiera aquella persona que me escucha.

¿Cuál es su libro preferido?
¿De los que he escrito?

Sí, también.
No me doy cuenta.

¿De otro autor, un libro que le haya conmovido, uno que le haya llamado la atención?
Un libro que vuelva a leer dos, tres veces ¿no? Ha habido una época en que me gustaba el libro de Kempis, que se llama La Imitación de Cristo. Me gustaba, pero lo he dejado.

¿Un personaje histórico que usted aprecia y estima?
Al que le estimo y aprecio sobre todas las cosas. Y me doy cuenta que, ese hombre, necesita todos los días que se le reivindique; se necesita que todos los días, todos lo conozcan, todos lo vean, ése es Túpac Amaru.

Túpac Amaru II…
Ése es el hombre, ése supera a Cristo.

Realmente.
Hay que pensar todos los días en ese hombre.

En este país, en el Perú, ¿y de otros países de América?
No conozco gente notable de ese nivel en América del Sur, no creo.

¿Y de todo el mundo, otro personaje importante?
Confucio. Llegó a pensar y saberlo todo. Confucio, fíjate que yo no me admiro de Mao Tse-tung.

¿Quién es su músico favorito?
El número uno siempre es Beethoven. Caramba, porque este hombre ha escrito una cosa tan sencilla, en la ejecución, como es El Adagio del Claro de Luna, y una cosa tan simbólica, tan grande como es La Sinfonía del Destino. Sí, dos cosas que no sé cómo cabe en un hombre ¿no?, extraordinariamente. También me gusta la pintura, y hasta me gustaría pintar; pero no encuentro a uno…

¿Ningún pintor que merezca igual admiración?
No encuentro.

¿Van Gogh?
Ni Van Gogh.

¿Picasso, Dalí, los muralistas mejicanos, tal vez Sabogal?
Ninguno para decir: yo me voy a comprar la pintura de éste.

Si no hubiera sido peruano, ¿en qué pueblo le hubiera gustado nacer?
Estoy contento donde he nacido, porque no es pueblo ni calle; está cerca a un nevado, por ahí no hay ni zorros. Qué lindo lugar, piedras, cerros, piedras, cerros, vegetación humilde. Es un lugar muy bonito donde yo he nacido.

¿Qué instrumento musical le fascina?
Eso sí es otra cosa: la guitarra.

¿La trompeta?
Ya no; la guitarra siempre, toda la vida me ha deslumbrado, yo no sé por qué.

¿Cuáles son sus colores favoritos?
El violeta, el azul; pero no por eso puedo desdeñar al rojo; me gusta la violencia del rojo, es un color fortísimo que a mí me sacude. Aquéllos me producen ensueño, me llevan a la meditación; pero éste me tira una sacudida. Es un color hermoso el rojo.

¿Un político que le haya despertado interés?
Siempre todo lo que es Mariátegui, sus ideas, su pensamiento, su maestría para escribir, la didáctica que utiliza para escribir, para convencer. Mariátegui es admirable, un hombre digno, y no sólo por todo eso, sino también porque supo sobrellevar una vida terrible; las mutilaciones que sufrió su cuerpo.

¿Y un político que haya dirigido el Estado peruano, así como Velasco?
En el Perú, a nadie.

¿Ningún Presidente merece llamarse Presidente?
A nadie, en el Perú.

¿A nivel mundial?
A nivel del mundo, ¿a quién puedo admirar? Es a Iván El Terrible.

¿Por qué?
Él ha sido el gran constructor de la Rusia zarista. Las cosas que él mandó hacer son cosas monumentales. Es decir, tiene noción de grandeza, noción de poder, que muy pocos lo tienen.

¿Ni Napoleón?
Napoleón ha sido un militar, ¿cuánta gente ha matado y cuánta gente ha dejado matar?

¿Hitler?
Ése es un gran criminal. Son extraordinarios criminales.

¿El pacifista Gandhi?
Tuve una época de admiración a Gandhi, por la libertad de su pueblo, nada más. Ha querido modificar la situación de la pobreza y la riqueza en la India.

¿Mao Tse-tung, el político mesiánico de los chinos?
Claro, como un conductor que sacó adelante a un país que tenía mil años de atraso, claro que sí, claro que sí.

¿Stalin, el Hombre de Acero?
Stalin nunca me ha gustado. El padre del industrialismo ruso, nunca me ha gustado.

A los políticos del Perú, a los presidentes de nuestro país, ¿cómo los calificaría, cómo los tipificaría?
Nunca me han gustado los políticos peruanos. Como digo, el hombre que más me ha conmovido, al que lo leo y lo releo es a José Carlos Mariátegui. Da pena de que no haya llegado a ser Presidente, con él hubiéramos cambiado, indudablemente. Con él hubiéramos cambiado. Él pensó en todo.

¿Qué tipo de Estado sería bueno para el Perú?
Un tipo de Estado Socialista.

Cuando usted habla del indio, ¿cuál es el propósito?, ¿que el indio llegue a ser Presidente del país?, ¿sea el reimpulsor del renacimiento tawantinsuyano, o, como lo promueven los bolivianos, que el indio esté en el Parlamento?
Un indio burocrático y fusionado, no.

En todo caso, ¿qué tipo de Estado debe refundar el indio?
Yo quisiera un indio al estilo del inka.